Desperté, fui a mi cocina y me serví un plato de pozole, estoy solo, llueve, escucho una melancólica guitarra, escucho el silencio de las felicitaciones, lloro, cierro los ojos, llueve en mi. Comienzo a escribir, me acerco a la pantalla, los vecinos juegan felices, me veo niño, aún soy niño, la guitarra habla una historia, una historia de dos, cada acorde, cada cucharada que doy a mi comida, cada segundo, cada instantes de mi palpitar en este inmerso corazón, todo, todos, son iguales, una broma, una mala broma.
La lluvia se detiene, él nunca viene, el día perfecto no existe, yo no existo, aún no, quizás nunca, un piano ahora llora por un día que fue bueno, hermoso, aún tiene comida mi plato, tengo hambre, tengo sueño, tengo tos tengo tarea tengo una lluvia dentro de mi tengo una risa que desea despertar, desea nacer, nacer desesperada, que puedo dar a cambio de ese día, de esa persona que no es una sino miles, de un sueño, cualquier sueño, que debo hacer para matar al silencio que controla mi alma.
Las estrellas caen, los aviones, los pájaros, las gotas, solo una gota, la única gota que importa, caen al piso, y es lo mismo, con diferente cara, con un soplo distinto en lugar de muertes iguales, todavía hay vida, todavía hay esperanzas, en la biblia, en la tele, en la computadora en el corazón de las personas hay vida, esperanza ¿Soy humano? nunca encuentro esas cosas en la mía. Las nubes se alejan, mi comida mengua ante mi asoladora hambre, rió, las paredes ríen, los vecinos callan sus jodidas bocas que están llenas de idiotez y estupicidad, invento palabras adecuadas para el odio, adecuadas para el llanto y el amor, busco la forma en como hablar, la hoja donde escribo se moja por la peor de las lluvias, de la que ningún abrigo te cubre, y recuerdo y solo recuerdo que recordar es malo, los recuerdos son tristes y la nunca hablan de bondad, ni de alegría, mucho menos de amor, siempre es el recuerdo de cuando te dejaron tus padres para irse de viaje, el recuerdo de la golpiza que te dio el abuelo por no hacer caso, de la abuela por no ser como se debe ser, recuerdos de desamor y momentos incómodos, del amigo que se fue, del que perdiste y al que dejaste ir, mejor pienso en el futuro, borroso, odioso, oso de mil dientes y un millón de garras, lleno no de pelo sino de acero, maldito oso que devora nuestro tiempo, una y otra ves.
Termine mi comida, la canción ha dejado de sonar, quiero convulsionar, quiero romper cosas, estoy tan lleno de energía que explotare en cualquier momento bailare, gritare, moveré mi cuerpo una y otra ves hasta que la muerte me alcancé si es que lo hace, no se lo dejare fácil, antes muerto que verme la cara con ella, muerto por un cuchillo, por una botella de plástico, por un lazo maldito por los espíritus que me odian,
Feliz cumpleaños a mi, feliz bienvenida a la mayoría de edad para mi, feliz melancolía para mi ja (5 de Septiembre de 2009)
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