sábado

Mínimo, pequeño, imperceptible, insignificante, reducido, minúsculo, etc

 El mundo esta lleno de cosas pequeñas como las hojas o las ramas de los arboles. El mundo es tan pequeño que solo personas pequeñas lo habitan. Por lo menos mi mundo es así, pequeño, pequeñito, mas pequeño. Sin grandes razones por las cuales hacer grandes cosas.

El mundo ¿ya lo dije? el mundo es pequeño, tan pequeño como para que entre en mi pequeño corazón donde solo cabe un corto poema de un insignificante poeta poseedor de un intrascendente nombre.
Tan minúsculo es el mundo, que cabe en una hoja de papel o en un poema.

Tan leve es mi edad que ni la octava parte del reducido mundo he conocí, y mucho menos de la mitad de este conoceré alguna ves.

Así también es mi existencia que mínima es su apellido y reducida su extensión.

Lapsos pequeños son los que prometo describir: un guardián cuidando a su querido corazón, una niña muerta por un temblor y una credencial desecha por un perverso salvador.

No hay nada mas insignificante para la memoria y es por eso que soy pequeño, pertenezco a esa clase de personas que se alimentan y convertidos en memoria están. No hay nada mas.

Me siento como la memoria RAM de las computadoras (que últimamente son también mas pequeñas) porque en cuanto duermo o me dejan de alimentar, olvido todo lo pasado y como solo soy memoria y la dejo toda en el olvido, me olvido de mi y me vuelvo nulo.

Mi trabajo también es pequeño, nunca será percibido por nadie, nunca me verán en el metro o seré contemplado en la televisión. Inclusive si muero, una reducida cantidad de personas se enterarán y quizá hasta lloren pequeñas lágrimas oxigenadas por la hiperventilación, que no es otra cosa hace lo que hacemos siempre pero en lapsos mas pequeños, lo que me hará feliz donde sea que este, porque no hay mejor forma de velar a un hombre muerto que siendo vivo fue pequeño.

En fin, en poco tiempo lo sobrellevarán y volverán a ser las grandes personas que aun hoy, son para mi.

Mas cosas pequeñas: un elefante dentro de una boa, un sombrero, un cataclismo en el mar que hace chocar rocas, una boina, un muñeco de rosca de reyes, un perejil, el sueño de volar a la Luna y también el sueño de visitarla.

Pero... ¿no es acaso que todo esta hecho de cosas pequeñas? indivisibles como los átomos, a quienes nadie ve ni percibe, pero que todos temen. Miren, solo son ciento diez y seis átomos diferentes en el mundo, demasiados pocos como para creer que puedan hacer cosas tan grandes como un edificio o una película.

¡Hasta los átomos están hechos de cosas mas pequeñas! y estos a su ves de cosas aún mas minúsculas.

¿Y los puntos? ¿Las letras? también son pequeñísimas, aun más que mi corazón, y sirven para tantas cosas. Para decir tanto que ni con mi gran boca no podría decir en lo que me falte de vida.

Aunque hay algo que es lo mas pequeño del mundo: los momentos, tan fugaces, tan hermosamente rápidos, tan pequeños que nadie esta ahí para recordarlos y tan preciados que todos hacen un esfuerzo para preservarlos del maligno tiempo: ahi tienes tu boda, tu primer beso, el primer diez en un examen.

Hasta los malos recuerdos: cuando tu primo falleció, cuando no te recogieron en la escuela o al darte cuenta de tu insignificancia.

Todos estos momentos, todos estos elefantes en la boa, los sombreros, los poemas, amigos, amantes, planetas, universos, recuerdos, comidas, todo, todo en absoluto se integra como si fueran rectagunlos que forman abstracta gráfica de nuestra vida.

Todo, tan pequeño, se vuelve tan grande.
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