lunes

4 Días Sin Tus Labios

Estoy enfermo. Lo sé. No es novedad de este fin de semana o del pasado. Los estoy ahora, los estuve en el pasado y muy probablemente lo estaré en el futuro.

Quizá es el jarabe que en lugar de ingerirse se coloca en el pecho y se pone un pedazo de papel entre la medicina y la ropa para no ensuciar esta, la que ocasiona estas palabras.

Ayer, o tal ves fue hoy, me desperté en medio de sombras de la noche provocadas por un viejo y cancerígeno foco de los llamados "ahorradores de luz". Me dolía la cabeza, mis pies estaban casi muertos, pero me di cuenta de algo muy raro: era feliz, muy feliz quiero decir.

Entre todos los días que he pasado enfermo (ya sea diagnosticado o declarado) no recordaba ninguno en el que haya sentido esa ola de calidez al traer tu recuerdo a mis ojos. Pensé en tu cabello. Quiero aclarar que para la entonces etapa de progreso de mi enfermedad, mi cabello me parecía un estropajo de acero, su tacto me ardía. Sin embargo el tacto que mi cabeza logro percibir de mi mano pasando por tu cabello fue tan, tan... sanadora.

Hoy despierto, ya de día, con ese mismo recuerdo. Recuerdo de alguien a quien amo. Recuerdo tuyo. De saber que en algún lugar estas ahí.

Recordar es cosa difícil. Tú lo haces bonito. Tú y solo tú. Tú cuyo recuerdo sana a los enfermos. ¿Te extraño sabes? Extraño las mordidas a nuestros labios. Extraño los eternos abrazos y las imparables risas.

Ya tengo los labios como de viejo de mar. Salados por unas olas llamadas lágrimas mandadas a traer por tu ausencia, por tu distancia.

Desperté pensando en tu carne, sabes que mis brazos y pies son fríos, es la naturaleza del criado en tierra caliente, desperté recordando tus brazos, tu boca, tu cuello, tus muslos, tu vientre, el tibio aliento que mana de lo mas profundo de tu cálido y hermoso corazón.

Dime ¿Qué le hiciste a este corazón?

A veces me imagino como una de esas serpientes de la selva de las que tanto te cuento. Su sangre es fría, no pueden producir su propio calor, es por eso que en las noches acuden a las habitaciones de los humanos en busca de calor. A si me siento contigo. Te busco buscando lo que buscan estas serpientes, con mi boca lo busco, un aliento de tibio calor.

¿Qué hiciste maga encantadora de serpientes? Hoy te extraño a pesar de que ha pasado casi ningún día.

A veces me dan ganas de matar al mundo. Pero llegas tú como la luz salvadora que prometiste ser desde el día en que nació el ente llamado nosotros.

Quizá si te veo me recuperé de esta enfermedad (la diagnosticada) de la misma forma que me recuperas de la otra (la declarada). Es que cuando te estoy contigo me siento mas fuerte. Me siento mas vivo. Me dan ganas de levantarme y levantarte sintiendo nuestro peso. Me siento con fuerza de comerme al mundo de la misma forma en que tu lo haces.

Te admiro querida. Casi tanto como te amo. Mucho mas de lo que te extraño pues se que estas bien y así uno no puede extrañar en plenitud. Cuanto quisiera un masaje tuyo en este momento en que con lágrimas de nena espero nuestro arribo.

Por cierto ¿te lo dije? también te soñé en el día. Soñé que venías a mi casa y llegabas a mi cama y me dabas un poco de té de canela. Lo sé, es lo menos romantico que has escuchado en tu vida. Pero fue agradable saberte tan cerca de mi.

Solo sé que esto no es enfermedad de un fin de semana o de una vida. Una enfermedad no hace tan feliz. Te quiero, nos quiero, nos extraño.

4 comentarios:

  1. T_T ¿En serio me extrañas Iván? XD jojojo (por cierto que yo no puse el "aburrido")

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  2. Jajajaa si los extraño paco, pero no así... a menos que te estes empezando a considerar "ella" xD

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  3. El título es curiosito, como tú, jajajaja se ve que eres muy romántico, eso me gusta.

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