miércoles

Cuando era niño, tenía mi México un no sé que

No quiero sonar al típico tío que habla de los ayeres y de como se ha perdido la buena moral de un país. Tampoco quiero hablar del malinchismo o del patriotismo. Al menos hoy y últimamente no quiero hablar de otra cosa que no sean mis recuerdos y algunas tradiciones. No quiero hablar de computación o de modernidad. Mucho menos de francia y su gran supermercado llamado Louvre.
Ni de Egipto.
Ni de Grecia.
No Japon.
No Rusia.
No converse.
No USA.
No mundos.
Quiero hablar, como dijo algún día a una niña un poeta, de cosas pequeñas. Cosas pequeñas, nada mas.

Por un medio segundo recordé el primer día que rompí una piñata en una posada. En toda mi vida, recuerdo muy bien, había ganado tan pocos dulces en una posada. Estaba atónito de haber conseguido a la edad de 8 años el objetivo de muchos niños contemporáneos y anteriores a mi. No conseguí las preciadas naranjas que cuales misiles nucleares lastimaban las cabecitas de los niños que peleábamos por algunas jicamas o tejocotes. Eran noches lindas en la calle de mi abuela. Aún lo son.

Al siguiente momento recuerdo el zócalo capitalino lleno de indigenas del mismo color de piel que mi madre y mis abuelos. Vendían algunos tlayudas y otros champurrados o aguamiel. De todo un poco. La piramide mayor. El gran templo rodeado de gente que bailaba como aztecas. Tardé varios años en darme cuenta que es danza no era pura. Sin embargo, prefiero seguir pensando que lo es, sentirme por un momento autista de la actualidad.

¿Han visto brujas? Son bolas de fuego que bailan e iluminan los cielos del pueblo de mis abuelos, y claro de muchos otros abuelos. ¿A donde se habrán ido? Siempre quise conocer a alguna, platicar un poco, y por que no, aprender a envenenar hadas.

Hay un no sé que en esos recuerdos de cuando era una pequeña pirinola de grasa, que no me deja estar del todo a gusto en, por ejemplo, coyoacan. No lo sé. Demasiada nostalgia al querer ver en lugar de un starbucks con wi-fi, a una señora que vende atole o capirotada con una historia para no dormir sobre los nahuales que secuestraban o salvaban a tal o cual persona.

Y la televisión. Nunca vuelverá a ser tan inocente y libre del albur sexual que a miles les fue conferida la asombrosa habilidad de no entender los programas cómicos nocturnos del canal dos o nueve. Extraño a Chava Flores y su forma tan eficaz de decirle a una mujer que ha sido una tonto por dejar que la golpeén. De los grandes hombres que me hacen portar muy orgullosamente mi aparentemente vulgar apellido.

Y, perdonen ustedes. De niño prefería pasar horas y horas escuchando canciones de cri-cri que ver las películas que disney o hollywood me vendía. Es que constaba menos trabajo imaginar las metaforás de aquel grillito cantor.

¿Recuerdan a los cacaritos? Espero que si, o al menos, si son jueces o senadores o cualquier persona de autoridad judicial los tenga en mente. Recuerda como "la situación" obligaba a muchas personas en verdad honradas a verse involucrados en el pillaje. Y bueno, sin un centavo para los frigoles y la tortilla ¿que iba a comer la chimoltrufia? pobresilla mamá de miles, que tan flaca estaba por no comer. ¿Cuantas navidades se la paso con el chompiras en la calle o la cárcel?

Las ferias eran lo mejor. Siempre ambulantes con dulce de pilonsillo, miel y azúcar morena (porque no hay otra para endulzar). ¿Quien no se quedo atónito antes los jaripeos y las charrerias del rodeo.

Quiero aclarar, que en mi infancia en pueblesillos, viendo a chespirito o a los polivoces, escuchando ningún otra cosa que cri-cri y los cuentos del abuelo y rey mago Baltazar, nunca, pero nunca vi una gota de sangre ni escuche hablar de golpear o abusar de una mujer o de alguien mas pequeño sino es que con reprobación. Nunca imagine hasta el día que vi horrorizado la guerra, que hubiera gente capaz de matar a sus hijos o a sus hermanos. Había visto borrachos y teporochos, pero hasta estos trabajan. Y es que ningún trabajo es mejor ni peor si con él puedes alimentar a tus niños.

¿Lo naco? Si. También lo recuerdo. Así fue como el jornalero en su carro último modelo le llamo a mi vecino de 45 años que no sabia leer tenía 2 hijos en primaria y como esposa una lápida regalo de la rabia, así fue como lo llamo cuando protesto porque en lugar de tortilla de maíz le ofrecieron mazeca y pan blanco.

Me agrada el trabajo de ciertas gentes que han sabido, aunque sea un poquito, difundir los dulces y las leyendas que hablan en la tierra caliente, en el bajío, en las selvas, en el México desconocido y casi muerto, y que han decidido hacer caso omiso a la cosmopolita capital, sus bares y sus personajes, que son cosa aparte del México mas, digamos, puro de los últimos cinco siglos.

Pero, hermosa cultura moderna la nuestra que mata a sus indígenas y costumbres, y a los que queda los vuelve MR.

4 comentarios:

  1. Bravo, Bravo, cuando pensé que alguien no puede ser más absurdo, siempre me sorprendes; pensé que no podía haber discurso mas demagógico, maniqueo, más inocuo, más cursi y más anacrónico que éste. Bravo, eres todo un priísta de mediados de los noventa.
    Dios, ¡cuánta imbecilidad!
    Los nombres personales como Francia van con mayúsculas, tienes un problema en acentuar la palabra más. Las palabras mí, pirámides, sabía, jícamas e indígenas, llevan acento. Se dice volverá, no "vulevera". Se dice metáforas, no "metaforás". Es frijoles no "frigoles" ¿eh niñito?

    ResponderEliminar
  2. ¡Ay no mames! ¡que pinche hueva! wey, si te late escribir y hacer crítica ¿porque no aprendes a escribir primero? ¿A redactar? ¿a Argumentar? pinche discurso gastado, de hueva, choteado, no hay creatividad ni buena forma.
    Eres todo un demagogo, deberías ser diputado, al fin eres igual de inútil

    ResponderEliminar
  3. @spilbergo Gracias por el apunte, en cuento tenga un poco mas de tiempo modifico y pongo pongo tu crédito

    ResponderEliminar
  4. @el_pájaro_quma_maiz Hombre, que de diputado a troll no hay mucha diferencia :D

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...