Muerte: no eres tu, soy yo

No importa cuanto lo pienses ni cuanto lo rechaces, esta ahí, poderosa e impenetrable, sin importar que se haga te encontrara. Para bien o para mal.

Es un hecho que existe, pero no sé si es real, ¿tú lo sabes? Existe realmente esa fuerza que se apoderara de ti en algún momento dado.

La usamos siempre como pretexto, como imagen o como un enorme lo que sea, pero ni siquiera la conocemos.



Ah! muerte maldita, muerte estúpida llena de dolor y desgracia, tonto cuento de mi imaginación que me llena de alarma y reproduce en mi una sensación de dolor y que a pesar de ello ni siquiera existes. Eres un oso, eres un carro, eres un enorme cero que consume al resto de nosotros, insignificantes números ordinarios y nos conviertes en un sin rostro como tu, nos llevas a un mundo con tus reglas, hechas exclusivamente para usted su majestad.

¿O es acaso, señora mía, que le han visto la cara, y que usted no es mas que una señora sin gracia ni elegancia, y que esas mascaras que lleva puestas y nos coloca a fuerza, son en realidad su verdadera cara? y que ese mundo que nos lleva a ningún lugar es solo nuestro mismo mundo pero desde otra vida, desde otro lugar llamelé místico o como desee.

Entonces, no es a la muerte a la que le estoy hablando, le hablo a un mundo, le hablo a mi mundo a mi a ti a quien sea no importa, por que eres tú la que es todos, la que en sus mascaras infinitas puede ser un oso, un carro o yo.

Eres mi voz, eres mi mano asesina, solo por que no existes y te he convertido en imagen y espíritu al que temer o adorar, cuando eres extensión de la vida, y esas mascaras, ese mundo tan diferente que eres y representas y creas cada segundo de tu inexistencia, son este mundo en otra forma, solo en otra forma.