-Creí que no lo iba a volver a ver.
-A veces crees tener mucha suerte.
-Solo a veces… ¿dónde ha estado?
-¿importa?
-Solo para comenzar a platicar.
-Estuve en varios hospitales.
-Vaya… ¿Qué le paso?
-Nada, te digo que estaba en los hospitales, no que estaba hospitalizado.
-Entonces supongo que fue a ver a alguien.
-Algo así, más bien a platicar. La muerte es horrible, pero bondadosa a veces. ¿Recuerdas el perro que hace un par de años viste como atropellaban? Supongo le has de tener muy presente, yo le hubiera dado muerte de ser posible, tenía una vida llena de desgracias por delante.
-Eso suena a Hitler, nosotros como razas superiores tenemos el sagrado deber de darle una buena muerte a aquellos inferiores.
-Puede ser… pero sabes también como yo, que me desagrada ver a un ser vivo sufrir hambre o dolores varios. Es horripilante.
-Sí, lo sé y siento lo mismo. ¿Pero que podemos hacer? O sufrimos nosotros o nos convertimos en nazis. Jeje.
-Es cierto: el mundo es cruel.
-No suena a algo que usted diría.
-Es cruel, pero justo.
-Eso está mejor.
-Parece que me conoces muy bien.
-Hemos platicado mucho por muchos años, ciertos patrones salen a la luz. Usted es un abraza mundo. Algo como el devorador de mundos pero menos cool.
-Pequeño lector de comics. Pues creerás que el otro día fui a bailar salsa.
-¿Eso fue pregunta o aclaración?
-Lo que se te de la regalada gana.
-Entonces fue aclaración.
-Entonces te diré que no soy tan malo en eso. Es como nadar o pelear, pero un poco menos divertido si lo haces a solas.
-Usted siempre tan casanova.
-Hablando de eso ¿y tus cuentos?
-Siguen donde siempre: en mi azotea. No he tenido tiempo para bajarlos de su nube.
-Tus sueños son importantes pero no es bueno que por ellos te olvides de tus raíces, sería mejor cimentarte en las raíces para alcanzar las nubes, después de todo, ambas cosas alimentan al tronco.
-Siempre tan abraza árboles.
-Sí. Un día vi a un pájaro azul…
-¿Twitter?
-Jaja. No lo creo. El pájaro iba un poco triste porque le habían lastimado un ala.
-Y de seguro lo quería matar al pobre pajarito.
-La diferencia de mi pájarito y tu perro, es que la ave aún podía volar muy lejos y alto, tu perro estaba acabado con dos patas rotas y con tan pocos dientes. Con suerte habrá sobrevivido una o dos semanas más. Al pájaro lo volví a ver meses después con nido e hijos.
-Entonces además de nazi es profeta. A los dos debimos cuidarlos… claro sin interferir tanto. Buscar una forma de que puedas “volar” por si solos. El perro tendría las mimas posibilidades si no fuera porque tiene más depredadores en esta ciudad que un niño rico en Tepito a las nueve de la noche.
-Y tú siempre tan soñador…
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