Años de bachillerato en una escuela con mas policías que delincuente y con prefectos armados custodiando cada piso, pasillo y taller. Ahí nació El Nahual Errante, aunque también ahí entro en estado vegetal.
Una revista sin anímos de lutro, hecha en una computadora del año 2000, una impresora de injección, una copiadora escolar de a 15 centavos la página, un pésimo editor, un pésimo vendedor, un aún peor diseñador, algunos adolecentes que gustan de escribir, leer o solo tienen curiosidad. De eso se formaba El Nahual Errante.
Por falta de fondos, becas perdidas, materias adeudadas, algunos egresados de la escuela en cuestión, la Revista fue perdiendo presencia y constancia en sus publicaciones, quedando en un limbo entre el recuerdo y los retos.
Se dice por ahí que algún día el Nahual volverá con su antropomórfica y polimórfica forma.