domingo

Entre El Sábado Y El Domingo

No quiero comer, no quiero hacer ejercicio. No tengo ganas de dormir ni de estar despierto.

Por primera ves en mucho tiempo tomo la muerte como un serio amigo, como alguien que puede ayudarme. Esa fría y vieja amiga mía, volteo a verle y me doy cuenta que siempre me a estado viendo. Maldición. Es muy lista y por mas que huya siempre me encontrara, siempre.

Será mejor matare, estoy seguro, pero ¿es posible matar a la muerte? la puedes ignorar pero no puedes evitarla. Es el monstruo de los millones de ojos. Lo único que puedes hacer es que sea mas agradable ese inevitable momento, el único momento que siempre estas seguro que ocurrirá.

No quiero escribir ni escuchar bohemian rapsody de la gran y única majestad, la reina freddy mercury, no quiero vivir pero no deseo morir. Estoy aburrido pero el solo pensar que hacer cualquier cosa necesita del mínimo esfuerzo me hace olvidar siquiera la posibilidad de hacerlo.

Quizá si me acuesto logre conciliar el sueño, pero sé que esto no se trata de estar cansado, es mas bien como sentir nostalgia y hastió de mi mismo, nostalgia por cosas que fui o que hacía y que me cuestan mucho trabajo volver a tomar y siento hastió hacía mi persona, no por que me odie (que a decir verdad no lo hago) sino por que siempre estoy conmigo mismo y a veces es aburrido tenerme a mi solo y debo inventar conversaciones que terminaran por devolverme a mis dos mas viejas amigas: la locura y la depresión, amigas, muy amigas, intimas amigas que se fundieron en alguna parte de mi cuerpo y como tumores trato de extirpar de mi, por que no me pertenecen y yo no les pertenezco.

Es dificil tener un límite cuando te das cuenta que ni siquiera conoces tus límites, pero que aún no estas preparado para explorarlos plenamente. Es cierto, no envejecemos, solo nos hacemos mas como nosotros, no como nosotros somos, sino como nosotros deseamos ser. Pero para desear ser necesitas gritarlo, no pensar en que gritar solo gritarlo y sacar toda eso que llevas dentro. Pero para gritar tienes que saber escucharte, saber entenderte, no saber quien eres pues no eres, solo saber entenderte, saber serte. Para saber, no debes saber nada.

Eso es lo que dicen esas personas de quienes aprendí nada, supongo que haberles aprendido algo haría que en lugar de estar escribiendo esto, en lugar de no querer hacer nada, haría todo y todo lo tendría, por lo menos, dentro de mi.

Este papel, este maldito papel lo quiero romper, pero no se puede romper un monitor que acabas de comprar y menos si sabes que eso necesitaría de tener que levantarte de tu asiento y dejar de escuchar la voz de la Reina.

No quiero enamorarme, no quiero hacer amor o hacer odio, hacer la paz o hacer guerras, no quiero levantarme de mi lugar para golpear a quienes odio ni mucho menos quiero odiar.

Pero el tiempo es jodidamente poderoso y comienzo a comprender lo que significa cuando te dicen que el tiempo lo cura todo, no es que lo cure, sino fuerza a que pasen las cosas, y hace que se vean como fueron concebidas: como mierdas, como carbones.

No quiero disculparme o ni quiero que me perdonen. Quiero que me maten, por que yo no me mataré, no lo haré de ningún modo. Esa ha sido mi constante en la vida, hacer que me maten, hacer que las personas me borren de su memoria, convertirme en el fantasma de "se me hace conocido" o del "... nunca lo he visto". Siempre acabo decepcionando a la gente, eso es cierto.

Y lo hacen, no se preocupen, mucha gente me a matado estoy seguro y lo he demostrado, pero son los menos, muchas personas acaban siendo compañeros cuya presencia no me agrada.

Su voz, su mirada y su aliento en mi hacen que los odie, no importa que me digan que los ignore, no puedo hacerlo de la misma forma en que no pude ignorar a primo muerto ni ignorar que me enoje con la persona equivocada. Ignorar es lo peor del mundo y ahora mismo lo deseo para mi, pero estoy seguro que no me odio, solo no quiero que las personas que odio me hablen o que ningún otra persona me hable, quiero estar solo en este maldito mundo.

Alguna ves me dijeron que con ciertas sustancia ilegales se podía lograr eso, pero como dije, aunque no lo crean mi autoestima me impide hacer daño a esta carcasa que llamo cuerpo, que es mi trasporte, mi escudo y mi espada. Además, tengo manías en relación a la gente que también me impiden escapar a la selva o matarme.

No quiero dejar de escribir, no lo quiero, pero tengo que, me quedo vació, como una sanguijuela necesito un poco de sangre nueva, quizá de aquí o quizá del mar...

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